Vacaciones perfectas: Disfrutar de un buen hotel y hacer cortas escapadas a lugares cercanos

 

El Meliá Villaitana, cerca de Benidorm y Altea, es una buena elección para descubrir los secretos de Alicante

 
 

Para algunos, las buenas vacaciones consisten en disfrutar de un buen hotel, descansar cómodamente, tomar el sol, hacer algo de ejercicio, saborear la buena gastronomía sin tener que cocinar, ponerse al día de lecturas atrasadas, convivir con la familia o con amigos, dormir un poco más... Otros, en cambio, además de eso quieren conocer lugares, hacer actividades, visitar museos o monumentos, sentirse vivos y dinámicos.

 

Para unos y otros, el hotel Meliá Villaitana es la mejor elección. Situado en la Costa Blanca, a un paso del animado Benidorm y de la singular Altea, en un entorno que simula un tranquilo pueblo marinero junto al Mediterráneo, con sus coloridas casas en tonos pastel repartidas en 25 edificios, con la fuente susurrando en el patio, con escondidos rincones en los que encontrar intimidad, donde oír el canto de los pájaros mientras se descansa en las tumbonas, con la vieja iglesia a cuya sombra se asoman puestos de artesanía... y con mil lugares en los que tomar una tapa y una cerveza, disfrutar de la gastronomía local e internacional o tomar una copa al atardecer...

 

Y para los amantes de los deportes, los más evidentes en un lugar así son los relacionados con el agua, tanto para nadar como para relajarse y disfrutar de sus ventajas. Hay siete piscinas en todo el complejo; piscinas con arena de playa, o con agua climatizada o con espacio para hacer kilómetros nadando. Pero sin duda la estrella de los deportes en este hotel es el golf. El hotel Meliá Villaitana, que se enclava en un paraje natural perfecto por su geografía y clima para el golf, ofrece dos campos de golf donde practicar este deporte con unas vistas inmejorables. Para la práctica con raquetas en hotel dispone de siete pistas de pádel, una pista central con gradas, una pista de tenis, vestuarios y zona de bar. Para el cultivo del cuerpo, equilibrio de la mente y purificación del alma se propone el Yhi Spa Meliá Villaitana, un espacio de 1200 m2 donde sentirse mimado y relajado con ayuda de sus profesionales y para llevar todos los sentidos a un estado de plena relajación, equilibrio y armonía. Para que nada falte, Villaitana ofrece también un magnífico gimnasio con servicios personalizados y para grupos con actividades de Yoga, Taichi, Pilates, Stretching...

 


SALUD INTEGRAL


  

El hotel dispone de media docena de restaurantes, dos de ellos tipo buffet con cocina en vivo y decenas de propuestas y otros de gastronomía especializada, desde italiana a asiático-peruana, además, por supuesto de la mejor cocina mediterránea y experiencias de vanguardia.


 

Escapadas cercanas

 

Y aunque la tentación de quedarse en el hotel y disfrutar sus instalaciones es grande, puede quedar tiempo para hacer pequeñas escapadas, conocer bellos lugares en la provincia de Alicante, descubrir rincones casi secretos o estar en contacto con la naturaleza... para luego regresar al hotel y rememorar lo vivido. Desde el Meliá Villaitana recomiendan 12 escapadas cercanas que merecen la pena.


 

Cala del Moraig en Jávea

Se encuentra entre Moraira y Jávea, en el término municipal de Poble Nou de Benitatxell. Se trata de una playa de unos 300 metros de longitud, con grava, arena dorada y unas aguas cristalinas que invitan a sumergirse. Está enclavada en un paraje excepcional, rodeado de acantilados, formaciones rocosas y vegetación, escondida detrás del macizo del Puig Llorença. Entre las rocas y salientes del entorno destaca la Cova del Arcs, una impresionante cueva acuática que en realidad es la salida al mar de un río subterráneo, cuenta con tres arcos a través de los cuales entra el agua. Es una zona visitable, pero hay que extremar las precauciones porque las rocas resbalan. En su interior hay galerías por las que se adentran submarinistas expertos, como la Cueva de los Peces, a la que solo se puede acceder cuando el mar está en calma. Es un destino muy apreciado por los amantes del submarinismo, gracias a sus fondos de posidonia, pero en temporada alta el acceso es restringido. En la zona norte de la Cala del Moraig son muchos los usuarios que practican el nudismo.


 

Navegar para descubrir la isla de Tabarca

Esta escapada requiere algo de tiempo, ya que hay que tomar un barco en Santa Pola, Alicante o Benidorm. El trayecto dura entre 30 minutos y una hora. Es una isla pequeña, la única habitada en la Comunidad Valenciana, aunque por solo unas 50 personas, pero que reúne todo lo imprescindible para pasar un día espectacular a orillas del Mediterráneo. Y es que en tan sólo 30 hectáreas tiene playa, un pueblo repleto de casas pintorescas en su casco viejo, en el que destaca su Plaza Mayor, el lugar más animado de la isla, una muralla histórica de finales del siglo XVIII, declarada conjunto histórico artístico, rutas al borde del mar y restaurantes para comer el típico caldero de Tabarca. Las cristalinas aguas que rodean a «La Isla Plana» fueron declaradas Reserva Marina en el año 1986, convirtiéndose en el primer espacio protegido de su categoría en España. A lo largo de sus casi dos kilómetros de longitud, este antiguo refugio de piratas permite nadar y practicar snorkel en algunas de las aguas más limpias y repletas de biodiversidad de la Costa Blanca, con fondos marinos tapizados de posidonia oceánica y ricos en fauna marina.


 

En contacto con la naturaleza en Alcoy

Los amantes de la naturaleza y el senderismo pueden descubrir en la Costa Blanca algunos de los parques naturales más impresionantes de España y poco conocidos, destacando entre ellos la Font Roja y la Sierra de Mariola. Estos parajes protegidos no solo son refugios de biodiversidad sino también destinos de inigualable belleza que atraen a visitantes de todo el mundo. El Parque Natural de la Font Roja está situado muy cerca de la pintoresca localidad de Alcoy, y es un santuario de flora y fauna. Con su bosque mediterráneo bien conservado, ofrece un paisaje de ensueño donde el verde de las hojas se mezcla con el marrón de la tierra y el azul del cielo. Se puede disfrutar de la vista de águilas perdiceras sobrevolando el cielo o descubrir el santuario de la Virgen de los Lirios, un lugar de peregrinación y leyendas. Por su parte, el Parque Natural de la Sierra de Mariola, entre las provincias de Alicante y Valencia, cerca de Cocentaina, es conocido por su rica variedad de plantas aromáticas y un paraíso para los amantes de las actividades al aire libre. Se puede practicar senderismo por rutas que atraviesan antiguos molinos y castillos, o explorar cuevas que una vez fueron refugio de bandoleros. El ciclismo de montaña y la escalada son también populares, aprovechando el terreno variado y los desafiantes ascensos.


 

Cascadas y pozas en las Fuentes del Algar

Sin poderse comparar a los grandes cursos fluviales del interior peninsular, en Alicante hay un lugar, donde la magia y la historia se fusionan en cada rincón.mbién pequeños ríos que esconden lugares de una belleza única y sorprendente. El más conocido se encuentra en Callosa d’En Sarrià, un encantador pueblecito a sólo 15 km. de Benidorm. Les Fonts d’Algar constituyen un paraje natural con un elevado grado de conservación de la riqueza ecológica y dotado, a la vez, de servicios turísticos y de educación medioambiental. La visita consiste en el recorrido por un circuito de 1,5 km de longitud a lo largo del cauce del río Algar, que significa cueva en árabe para ver el paisaje fruto del modelado kárstico de la roca caliza con las espectaculares cascadas, las numerosas fuentes manantiales que brotan de la roca, los “tolls” (remansos de agua) en donde se pueden tomar refrescantes baños de aguas puras y cristalinas, antiguamente consideradas como fuente de salud; la antigua presa, el imponente canal y las acequias centenarias todavía hoy en uso.


 

Tomar un té en la Tetería de Crevillente

Hay un lugar donde el tiempo parece detenerse, oculto entre paisajes rurales y jardines exuberantes que evocan la majestuosidad de La Alhambra. Un rincón donde un palacete de ambientación morisca cuida cada detalle, fusionando el encanto rústico con una atmósfera de ensueño. No hay que ir hasta Marruecos o Túnez, basta con llegar a Crevillente y descubrir a Carmen del Campillo y su Tetería de Crevillente, un lugar, donde la magia y la historia se fusionan en cada rincón. Este refugio no solo invita a la relajación y la desconexión, sino que también ofrece una experiencia sensorial única, con tés aromáticos que te transportan a destinos exóticos. Paseando por sus íntimos jardines, descubriendo patios adornados con fuentes y mosaicos, se descubre la paz y la tranquilidad tan anhelada. Cada sorbo de té y cada bocado a las pastas árabes en este entorno mágico lleva a un viaje lejos del bullicio cotidiano, hacia un mundo de aromas y sabores que despiertan todos los sentidos. Se trata de una propiedad privada abierta al público que incluye elementos tan exóticos y atractivos como una gran jaima, pero también muchos detalles como alfombras, cojines, farolillos y terrazas con plantas que ayudan a crear un ambiente rescatado del mismísimo cuento de las mil y una noches.


 

La "cala secreta" de Jávea, solo accesible por mar.

Javea, casi en el límite con la provincia de Valencia, posee un litoral espectacular de unos 25 kilómetros, sin grandes playas, pero sí una docena de pequeñas calas encantadoras, entre las que destaca la conocida como “cala secreta” aunque ese adjetivo cada vez sea menos apropiado. Es tan secreta porque solo tiene acceso por mar, no hay senderos que lleven a ella y está oculta tras un gran peñasco. Su nombre es En Caló y se encuentra entre la popular cala Granadella, y su hermosa playa situada en la parte más meridional de Javea que a menudo es considerada como la playa más bonita de toda España, y la Cueva Marina del Llop Marí, dos zonas conocidas por sus cristalinas aguas y rodeada de imponentes acantilados. Bucear atravesando la gran roca, o bien remar o nadar alrededor son las únicas opciones que hay para acceder hasta ella, adentrarse en la zona salvaje y conocer de primera mano este encantador rincón.


 

Sin vértigo: la Pasarela de Relleu

Los amantes de la aventura y de los espacios naturales, siempre que no tengan vértigo, pueden disfrutar con este itinerario que acerca a uno de los tesoros mejor guardados de Relleu, un pantano del siglo XVII en la Marina Baja de Alicante. Esta espectacular construcción se encuentra en un entorno natural de gran belleza y valor ambiental. Parte del itinerario se realiza por un antiguo camino de herradura que ha sido recuperado del olvido. En el recorrido también se encuentra un horno de cal, antiguas balsas de riego, azudes y acequias y, lo más emocionantes, un vertiginoso camino sobre el abismo. La pasarela de la presa de Relleu es un sendero habilitado sobre tablones de madera apoyados en voladizo en la pared del desfiladero. Tiene un recorrido de unos 850 metros que discurre suspendido a más de 50 metros de altura sobre el profundo barranco del río Amadorio. Se trata de la primera y única instalación de este tipo en la provincia de Alicante que permite a personas de todas las edades adentrarse en un paraje natural sorprendente, que quedaba antes reservado solo a barranquistas.


 

Mucho más que un mercado: Els Magazinos en Dénia

La herencia de los pobladores del barrio de Baix la Mar en Dénia, la del gremio de fabricantes de juguetes, la de los nobles y sus caballerizas. Con más de 3.000 metros cuadrados y más de 25 propuestas gastronómicas, Els Magazinos es más que un mercado de productos y una sucesión de locales en los que disfrutar la comida mediterránea donde se cuida al productor, al artista o al cocinero, en los que se apuesta por la tradición culinaria y el producto de proximidad. La idea que unifica el espacio es la buena vida, pero también reivindicar la comarca a la que pertenece y sus productos, que es la Marina Alta. Catas de vinos y aceites, muestras de artesanía, jornadas culturales, exposiciones, ferias de embutidos y quesos, clases de cocina y hasta jornadas dedicadas a la mujer, forman parte de su oferta. A nivel gastronómico se puede elegir entre varias cocinas internacionales –japonesa, tailandesa, argentina, francesa, americana...– y por supuesto variedad de cocinas nacionales desde tapas a los mejores mariscos.


 

Villajoyosa, el pueblo de mil colores

Capital de La Marina Baixa, Villajoyosa, también conocida por “La Vila”, entre El Campello y Benidorm, está protegida por las cumbres de las sierras Aitana y Puig Campana, barrera que defiende a toda la comarca de los vientos del norte y permite gozar de temperaturas muy agradables todo el año. Su centro histórico amurallado, junto al río Amadorio, posee un vistoso frente litoral ocupado por casas pintadas de colores para que los pescadores supieran identificar su hogar al llegar a casa después de varios días en el mar. La visita al puerto permite disfrutar por la tarde con la animada subasta del pescado y del marisco capturado durante la jornada. La Vila Joiosa cuenta con más de una decena de playas y calas a lo largo de su costa, de tres kilómetros y medio, las más cercanas la del Centro y Paradís, y otra con aguas también transparentes llamada De Torres, donde se ubica el conjunto arqueológico de la torre de la Cruz y la de Sant Joseph, popularmente conocida como Torre de Hércules. Tan antigua como famosa es la industria chocolatera de Villajoyosa. Las fábricas locales abren con gusto sus puertas a los viajeros que visitan la ciudad.


 

Descubrir Alcoleja y los pueblos perdidos de la sierra Aitana

La Sierra Aitana es la más alta de la provincia de Alicante, con sus casi 1.600 metros de altitud. Sorprende su relieve a un paso del mar. Animarse a visitarla es también descubrir sus pueblos un tanto perdidos al norte de Alicante que parecen hablar con el cielo y la desconexión perfecta; una inmersión rural entre naturaleza, deporte y gastronomía frente al macizo montañoso. Nubes de almendros y olivos envuelven oasis costumbristas como el pueblo de Alcoleja, puerta de entrada a la sierra de Aitana y dominado por la torre del antiguo palacio de los Fenollar, los marqueses de Malferit o la Torre de Alcoleja una fenomenal construcción de planta circular elaborada en mampostería en el siglo XVIII que fue creada con fines defensivos, aunque ahora mismo está destinada a residencia tras la construcción del palacio adyacente, en el que se integra. En el recorrido, hay que hacer un alto para degustar la pericana –típica ensalada de bacalao seco y pimientos– que no se encuentra en otros lugares, antes de continuar por otros pueblos con encanto como Sella o Relleu, del que se ha mencionado la pasarela anclada a un barranco de más de doscientos metros sobre el pantano del río Amadorio.


 

El barrio donde nació Alicante

Amparado por la mole del castillo de Santa Bárbara, el barrio de Santa Cruz en Alicante emana vida, cultura y tradición. De hecho, para entender lo que es la capital de la Costa Blanca –y su historia, su cultura y su gente –, hay que explorar a fondo este encantador lugar. Formado por un laberinto de calles estrechas y empinadas, a las que se asoman bajas casas de fachadas encaladas o pintadas de colores y ventanas, puertas y balcones adornados por coloridas flores, cenefas, dinteles y cerámicas, este barrio icónico responde a esa premisa de haber sido el antiguo embrión de la urbe. El Barrio de Santa Cruz en Alicante tiene trazado morisco y nombre cristiano. De esa rica mezcla cultural nacen lugares tan fascinantes y magnéticos como este corazón que ha sabido sobrevivir a los embates del tiempo y que hoy pasear por sus calles permite sentir el palpitar de toda una ciudad. Paseando por callejones, plazas y escaleras, se encuentran tesoros como la antigua ermita de Santa Cruz, levantada a finales del siglo XVIII y que se convierte en una auténtica protagonista durante la Semana Santa o la concatedral de San Nicolás de Bari, templo cristiano con mayor empaque de la ciudad. Junto a estas piezas históricas conviven antiguas casas que también parecen ancladas en el tiempo. Son hogares muy cuidados –como la famosa “Casita de las Macetas Azules”, una de las más fotografiadas del barrio– y en ellos habitan familias alicantinas de toda la vida, que se resisten a abandonar el lugar en el que nacieron y crecieron. Y entre decenas de bares y terrazas hay lugar para la cultura, aquí están dos de los mejores museos de arte de la ciudad: el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante) y el MUBAG (Museo Bellas Artes Gravina).


 

El cabo de la Nao y su bello faro

El litoral de Alicante no es especialmente abrupto ni peligroso, pero los faros que guían a los navegantes siempre son necesario. El Faro del Cabo de la Nao es uno de los más elegantes y esbeltos y tiene la peculiaridad de ser el territorio de la Península que antes saluda al sol, pues es el más oriental. Este majestuoso faro, de planta octogonal y 20 metros de altura, se alza a 122 metros sobre el nivel del mar, comenzó a funcionar en 1928. Hoy en día continúa siendo un importante punto de referencia para la navegación marítima, dado que se trata del punto más oriental de la provincia de Alicante, en el término de Jávea, además del más próximo a la isla de Ibiza desde la península. El cabo en sí es un lugar de excepcional belleza, con acantilados impresionantes que superan los 100 metros de altura y en cuya base se encuentran cuevas producto del paulatino azote del mar en su batalla contra la tierra, que se pueden visitar en kayak, como la cavidad natural conocida como Cova dels Orguens. Sus grandes y oscuras bóvedas contrastan con los tonos turquesas del agua. La belleza del faro y el cabo se aprecia desde el mar. Desde la cercana Jávea se ofrecen multitud de excursiones en barco para visitar los tres grandes cabos de la zona y disfrutar de buceo o snorkel en alguna de sus calas.

 
 

Más información:

Tel.: +34 912764747 

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