Estos son los seis errores más comunes al comprar un scooter de segunda mano

 

AMV explica los pasos que debemos dar y en qué debemos fijarnos a la hora de adquirir un scooter usado

 

Las motos siguen siendo el transporte estrella en este año 2023, el ahorro de tiempo que suponen a la hora de desplazarse, su facilidad para aparcar y maniobrabilidad y su menor coste de compra y mantenimiento está haciendo que muchos españoles se decanten por ellas, y es que, según datos que maneja www.amv.es, empresa especializada en seguros de motos, la venta de motos nuevas y de ocasión ha aumentado más de un 10% en lo que va de año, y por cada moto nueva se venden dos de segunda mano.

 


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Y de ellas, los scooters se han convertido en auténticos superventas, ya que, seis de cada diez motos que cambian de manos son de este tipo. Sin embargo, a veces, se comenten errores cuando se compran, por ello, los expertos de AMV nos explican cuáles son los más comunes:

 

1. Comprar un scooter cuando no lo necesitamos o para lo que no lo necesitamos

A la hora de adquirir una moto, es importante no hacerlo de forma compulsiva. Una compra espontánea e irreflexiva puede provocarnos ansiedad, desencanto o frustración. Especialmente, si lo que compramos no satisface nuestras necesidades y expectativas. Por ello, lo primero que debemos preguntarnos es ¿qué es lo que realmente necesitamos? ¿para qué vamos a utilizar nuestra moto? Si tenemos pensado realizar desplazamientos únicamente interurbanos o también escapadas de fin de semana por carretera o viajes largos en moto, porque si esta es nuestra opción, quizás no sea buena idea comprar un scooter.

 

2. No buscar referencias del vendedor

Si ya hemos decidido que lo que realmente necesitamos es un scooter de segunda mano, tenemos dos opciones: comprar a un vendedor particular o acudir a un establecimiento especializado. Independientemente de la opción que escojamos debemos buscar referencias del vendedor.

En el caso de comprar a un particular a través de un anuncio en una plataforma online, es recomendable que nos decantemos por una que nos ofrezca las máximas garantías y seguridad y que sepamos que están especializados en la venta de motos de segunda mano.

Si preferimos la opción de comprar en un establecimiento especializado, deberíamos de buscar opiniones de otros usuarios, e incluso, hacer una visita al establecimiento y hablar con los profesionales que trabajan allí, para hacernos a la idea de su forma de trabajar.

 

3. No preguntar acerca de la moto

Otro de los errores más comunes al comprar un scooter de segunda mano es no interesarse por su historial. Que esté limpia, en aparentemente buen estado y con neumáticos nuevos no significa que esté en perfectas condiciones. Se trata de un vehículo ya usado y por ello hay que preguntar, por ejemplo, ¿por qué está a la venta? ¿cuántos dueños ha tenido? ¿ha pasado todas las revisiones oficiales? ¿ha tenido algún tipo de percance o accidente? Es muy importante que hagamos una lista con las preguntas que queremos hacer y así despejemos cualquier duda que podamos tener antes de comprarlas. También hay que hacer un trabajo previo y buscar en Internet las opiniones que hay sobre el modelo que queremos adquirir.

 

4. No analizar detenidamente la moto presencialmente tanto en parado como en movimiento

Al igual que preguntar por el historial de la moto, también, es fundamental realizar una inspección del scooter de forma presencial. Los expertos de AMV nos muestran qué hay que mirar:

 

- En primer lugar, en parado y con tranquilidad, hay que observar detenidamente el exterior del vehículo y ver si presenta algún golpe o desperfecto o si hay alguna parte suelta. Si dispone de parabrisas, ver si tiene algún arañazo. También cómo se encuentran de desgastados el asiento, los reposapiés de la plataforma y las gomas de los puños del manillar ya que si es así, es una señal de que el scooter se ha utilizado bastante.

- En lo referente a las suspensiones, hay que comprobar su estado hundiendo la horquilla varias veces. Lo normal es que recupere de forma rápida. Y observar también si existe alguna fuga de aceite.

- En cuanto a los frenos, las ralladuras es uno de los síntomas más claros que indican que deberían reemplazarse. Al accionar la maneta, ésta no debe de tener mucho recorrido. Por otro lado, deberemos mirar también el color del líquido de frenos, que no debe de ser muy oscuro.

- Finalmente, hay que examinar también el desgaste y el estado de los neumáticos y las llantas. Un aro exterior muy “picado” significa que ha pasado varias veces por el taller. Asimismo, hay que asegurarse de que si la moto tiene accesorios, estos están homologados y no son susceptibles de sanción.

 

Por otro lado, también conviene revisar el scooter encendido y probarlo, así podremos comprobar si responde bien y su funcionamiento es normal. Esto es en lo que hay que fijarse:

 

- Lo primero es encender el motor y comprobar que no haya ninguna fuga de aceite y que el humo del tubo de escape tiene que ser casi incoloro y no oler demasiado, de igual manera el ruido del motor no debe ser excesivo.

- Ya que el motor está encendido, deberemos comprobar las luces, la primera es la de cruce, que debería de estar encendida, en la mayoría de los scooter modernos se hace de forma automática, y posteriormente hacer una rápida comprobación de las demás: cortas, largas, intermitentes, tanto delanteros como traseros, las de emergencia y la de freno. Si hubiera alguna que no funcionara, antes de comprar la moto es mejor cambiarla para asegurarnos de que es solo eso, una luz fundida y no un problema eléctrico.

- A continuación, es conveniente que demos una vuelta con él para comprobar si nos sentimos cómodos conduciéndolo y cuál es su comportamiento, si al abrir el gas notamos tirones, eso puede deberse a anomalías como problemas en una bujía o suciedad en el filtro de aire.

 

Respecto al tema de probar la moto, si lo hacemos en un concesionario o taller, es importante informarse si tienen contratado un seguro que cubra tanto al scooter como al cliente que quiera probarlo. En el caso de un particular la cosa es algo más delicada, ya que el seguro solamente cubre a los conductores contemplados en la póliza, por lo que sería conveniente consultar qué seguro tiene el dueño y quizá dar una vuelta con él yendo de paquete.

Si no somos expertos, lo mejor es que acudamos a ver la moto con un mecánico o una persona de confianza que tenga más experiencia y conocimientos que nosotros.

 

5. Comprarla sin contratos ni documentación

También hay que asegurarse de que todo el proceso se realiza de manera legal y transparente y para ello, lo primero es cumplimentar y firmar un contrato de compraventa. Si la operación la realizamos entre particulares y no tenemos experiencia de cómo hay que hacerlo y qué condiciones han de reflejarse en el contrato, la Dirección General de Tráfico facilita descargarse un ejemplo de contrato de compraventa de un vehículo usado entre particulares.

 

En este documento tiene que reflejarse el precio. También especificar si el scooter dispone de seguro en vigor y que se encuentra al corriente respecto a las obligaciones derivadas de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

Además, el vendedor tiene que confirmar que no existe ninguna carga, gravamen, impuesto, deuda o sanción pendiente de pago en la fecha de la firma del contrato. Como, por ejemplo, una reserva de dominio, que es cuando la moto ha sido adquirida a través de una entidad financiera y que el comprador no será legítimo propietario del vehículo hasta que no haya satisfecho la totalidad del pago.

De igual manera, es fundamental prestar atención a la identidad del vendedor y los papeles de la moto. Y comprobar que coincide la persona que nos la está vendiendo con el titular del scooter. También hay que fijarse que el número de chasis y la matrícula del vehículo sean los mismos que los que aparecen en la documentación.

Y ojo, no debemos olvidarnos tampoco de la garantía. En las operaciones entre particulares, la misma debe ser, al menos, de seis meses. Y en el caso de que la compra se realice en un establecimiento, la garantía será de, al menos, un año.

En el caso de tener alguna duda podemos también solicitar un informe del vehículo a la DGT. En el caso del informe completo, incluye todos los datos de interés; entre ellos, si existe algún tipo de embargo, precinto, procedimiento concursal o cualquier otra carga de naturaleza administrativa o judicial el historial de ITV y el kilometraje. También nos proporcionará datos acerca de la vigencia de la inspección técnica u otros datos técnicos, incluso las reparaciones y revisiones que se han llevado a cabo por los talleres adscritos al libro digital de mantenimiento o libro taller.

 

6. Olvidar asegurar nuestro scooter de segunda mano

Por último, y al margen del modelo que hayamos elegido hay que recordar que estamos obligados a asegurarlo. Empresas especializadas en seguros de moto como AMV podrán asesorarnos dándonos la opción que más se adapte a nuestro presupuesto, uso y necesidades, y así elegir un seguro de moto a todo riesgo, robo e incendio o a terceros, pudiendo, además, incluir en nuestra póliza coberturas opcionales, como Accidentes del Conductor o Asistencia en Viaje con servicio de grúa y Equipamiento...

 

Desde AMV, señalan: “Las motos siguen siendo el transporte estrella en el 2023 y en especial los scooters, que facilitan el día a día de muchas personas en las ciudades por su fácil maniobrabilidad, su bajo precio o la comodidad al buscar aparcamiento. De hecho, según un estudio reciente de AMV, su uso nos permite emplear, de media, 23 minutos diarios menos al ir y volver del trabajo, así como un ahorro medio de 453 euros anuales, comparado con un coche. Esto, está haciendo que su venta se dispare, especialmente las de segunda mano, por ello, hemos querido mostrar algunos de los errores más comunes que se producen al comprar un scooter usado y en los que creemos que es fundamental no caer.”