Moverse en bici es ganar en salud, dinero y tiempo

 

Los expertos de Cleverea muestran las ventajas de este medio de transporte y repasan las normas básicas de circulación para evitar accidentes y multas

 

Los pedales son ya la opción preferida para desplazarse de muchas personas, y es lógico, pues tiene múltiples beneficios. Eso ha hecho que las ciudades y municipios de España incluyan entre sus planes de futuro la construcción y mejora de infraestructura ciclista. El fin es potenciar este tipo de movilidad, gracias a que es limpia, barata y segura. Según datos que maneja www.cleverea.com, la empresa líder en seguros online para bicicletas, tres de cada diez españoles utilizan la bicicleta semanalmente, y algo más de 2 millones la utilizan a diario. Además, el número de ciclistas ha aumentado en España especialmente a raíz de la pandemia ya que era una forma segura y divertida de ejercitarse durante los difíciles meses de confinamiento, y muchos españoles mantuvieron esa costumbre una vez que todo volvió a la normalidad.

Pero ¿por qué ha triunfado tanto? ¿Qué ventajas consiguen quienes prefieren moverse en bici? Los expertos de Cleverea nos muestran algunas de ellas frente a otros medios de transporte:

 

1. Salud

El ejercicio físico es indispensable para tener una salud de hierro. Los adultos deben realizar actividades físicas moderadas entre 150 y 300 minutos a la semana. Gran cantidad de los trabajos actuales son altamente sedentarios, por lo que una forma sencilla de combatir ese perjuicio es aprovechar el viaje de ida y de vuelta para pedalear; o dar un paseo al llegar a casa para estirar los músculos después de una larga jornada.

 

2. Ahorro de dinero

El 1 de enero se eliminó definitivamente el descuento de 20 céntimos que el Gobierno había fijado para los combustibles. Con la gasolina y el diésel en el entorno de los 1,7 euros por litro, el ahorro que supone renunciar a coger el coche cada día (o, al menos, reducir ligeramente su uso) es más que notable.

 

3. Ahorro de tiempo

Llueve, hay un accidente, se ha cortado una calle por obras... Hay una enorme variedad de motivos por los que un simple viaje al trabajo o el trayecto a una excursión se interrumpe por un molesto atasco. El carril bici, mientras tanto, está disponible para que podamos llegar sin problema a nuestro destino.

 

4. Menos contaminación

Sin duda, una de las principales ventajas es que se trata de una movilidad totalmente limpia. Al mismo tiempo, no contribuye al excesivo ruido que caracteriza al tráfico habitual de las ciudades.

 

5. Seguros más baratos

Otra de las ventajas de circular en bicicleta es que los seguros son mucho más baratos, las actuales pólizas suelen cubrir los daños que los ciclistas puedan causar a otras personas y vehículos, como por ejemplo si rompemos un retrovisor mientras circulamos o si necesitamos asistencia sanitaria tras una caída. Además, hay modalidades que también cubren si nos roban la bici o los daños que sufra si nos caemos, incluida asistencia en carretera. En Cleverea, por ejemplo, el asegurado lo estará con cualquier bicicleta que maneje, ya sea alquilada, prestada o compartida... no es necesario que sea suya.

 


SALUD INTEGRAL


 

Sin embargo, ser ciclista tiene también su “parte mala”. Son especialmente vulnerables, pues, a diferencia de los coches o las motos, no tienen apenas nada que los proteja, ya sea frente a otros vehículos o en caso de caída o accidente. Por este mismo motivo, tienen que extremar las precauciones (sobre todo si viajan por zonas donde también haya otros vehículos), vigilar muy bien los movimientos de los demás conductores y prestar mucha atención a las normas viales.

Por eso, desde Cleverea han recopilado algunas claves útiles para cualquier ciclista, tanto en materia de seguridad como de normativa, para reducir el riesgo de accidentes (y evitar multas):

 

Uso del casco

No siempre resulta obligatorio, por lo que conviene saber cuándo es necesario para evitarnos una multa que puede llegar a los 200 euros.

Debemos viajar con casco, homologado y bien abrochado, siempre que circulemos por vías interurbanas, es decir, en las carreteras. En cambio, podemos quitárnoslo si se cumple una de estas tres condiciones: calor extremo, en subidas prolongadas y por algún motivo médico que nos lo impida. Los menores de 16 años también deben llevarlo cuando estén en la ciudad. De todos modos, se recomienda que los adultos lo lleven, aunque no sea obligatorio.

 

Por dónde se debe circular

Los ciclistas no pueden moverse por las aceras y las zonas peatonales si no están señalizadas como carriles bici. Si incumplimos esta norma, nos arriesgamos a 100 euros de multa.

Por su parte, es importante recordar que, en la ciudad, hay que circular lo más pegado posible a la derecha, siempre dejando un espacio de seguridad entre la acera y los vehículos que haya aparcados. Si existe carril bici, lo más recomendable es utilizarlo, para evitar mezclarnos con los vehículos de motor; nos moveremos más rápido y será más seguro para nosotros.

En las carreteras, es obligatorio utilizar el arcén derecho (si lo hay). Se puede ocupar la calzada solo en descensos prolongados y cuando no haya ningún riesgo para la seguridad. En caso de que viajemos por el espacio destinado a los coches sin motivo, pueden multarnos con 200 euros.

Igualmente, los pasos de peatones hay que cruzarlos a pie, por lo que debemos bajarnos del vehículo. De no ser así, la sanción es de 200 euros.

 

Cómo viajar en grupo

Al viajar en grupo, como máximo se puede circular en filas de a dos, ya sea en zona urbana o en carretera. Sin embargo, en tramos de carretera donde haya poca visibilidad (por ejemplo, en una curva), es obligatorio circular en fila individual. De incumplir esta norma, pueden multarnos con 100 euros.

 

Prioridad frente a los coches

En las rotondas, los grupos de ciclistas tienen prioridad. Esto significa que, en cuanto el primero del grupo entre en la glorieta, los vehículos deben ceder el paso a todos los demás. Del mismo modo, si vamos por un carril bici, tenemos prioridad de paso frente a los demás vehículos. Si, por ejemplo, un coche quiere girar hacia una calle y nosotros queremos cruzar esa misma calle por un carril bici, tendrá que cedernos el paso primero.

 

Respetar las normas de circulación

Los ciclistas son un conductor más y, por tanto, no están exentos de cumplir con la normativa de circulación como cualquier otro vehículo. Así pues, saltarse un Stop, un ceda el paso o un semáforo en rojo, o circular en sentido contrario a la vía supondría entre 150 y 500 euros de multa y realizar maniobras imprudentes (circular sin manos o haciendo un “caballito”) a partir de 100 euros.

La tasa de alcohol no debe superar los 0,26 miligramos por litro en aire espirado, las multas pueden oscilar entre los 500 euros si damos entre 0,26 y 0,50 o de 1.000 euros si damos más de 0,50.

Además, debemos llevar las luces encendidas y llevar puesto un chaleco reflectante cuando sea de noche o en vías con escasa iluminación y túneles, no hacerlo supondrán 80 y 200 euros respectivamente.

También hay que señalizar las maniobras (giros, cambios de carril...) y, aunque muchos lo desconocen, está prohibido utilizar el móvil y auriculares para escuchar música mientras pedalean, la multa es de 200 euros.

 

Javier Bosch, Consejero Delegado de Cleverea, ha dicho: “Cada vez son más los españoles que dejan el coche en el garaje y se suben a una bici. La situación actual, con los precios de los combustibles en niveles tan altos, hacen que sea el momento ideal para plantearse esta forma de moverse. Y también para cuidar el planeta, pero además, tienen muchas otras ventajas. No obstante, en Cleverea siempre insistimos en que el ciclista, que se mueve por las mismas zonas que los coches y se mezcla con ellos, debe tener muchísimo cuidado. Son un vehículo más y, en consecuencia, corren riesgos muy similares, por lo que un seguro de bicicleta es igual de fundamental que en un coche.”