Hainan, la sorprendente región sureña de China que quiere superar a Hong Kong y Singapur

 

 
Libre de impuestos, hoteles gigantescos, centros sanitarios y comerciales de vanguardia... con el mejor clima de todo el país

 

 
 Texto: Enrique Sancho
 Fotos: Carmen Cespedosa y archivo

 
 
Esto es China, claro, pero aquí no se ven ornamentados templos, ni palacios  suntuosos, ni ruinas milenarias, ni estatuas de Buda... Sí se ven, y  muchas, estilizadas palmeras, playas kilométricas, hotelazos con todos los lujos, paisajes
sorprendentes y sol, mucho sol. Esto es Hainan, el territorio más meridional del enorme país, una isla casi redonda muy  grande (la mayor si no se cuenta Taiwán) con unos 34.000 kilómetros  cuadrados (un poco más que Cataluña o cuatro veces la Comunidad de  Madrid). Sin embargo es la región más pequeña de China.
 
Pero su tamaño no debe engañar, ya que es una de las de mayor crecimiento del  país gracias en buena parte al turismo y también a ser una zona libre de  impuestos, lo que atrae a numerosas empres
as. Hace cinco años China  puso en marcha un plan para transformar toda la isla de Hainan en el  mayor puerto de libre comercio del mundo para 2035, superando a Singapur  y Hong Kong, una política destinada a reducir la dependencia de Hainan de los sectores tradicionales y convertirse en un nuevo motor del  comercio y la inversión en China.
 
La isla, que fue refugio de  piratas y tuvo un destacado papel en las guerras del opio entre China e  Inglaterra, es un punto clave en la nueva Ruta de la Seda, la joy
a en la  política exterior del presidente Xi Jinping, y los resultados comienzan  a notarse. Hainan registró el año pasado 1.936 nuevas empresas con  inversión extranjera, con un aumento interanual del 92,6%, según datos  del Gobierno local. Desde el Departamento de Comercio de la isla  aseguran que muchas de las 500 multinacionales más importantes del mundo  se han establecido en Hainan en los últimos cinco años. Algunos de los  grandes centros comerciales de las principales ciudades acogen las  principales marcas mundiales de moda, joyería y tecnología. Para atraer  talento y financiación, la provincia ha reducido su tasa de impuesto  sobre la renta para personas y empresas seleccionadas al 15%, mucho más  baja que el resto de China y más cercana al 17 % promedio de Hong Kong.  Su bolsa de empleo, a la caza de talentos nacionales y extranjeros, ha  atraído desde 2018 a 420.000 trabajadores cualificados para grandes  proyectos, sobre todo de infraestructuras, en un territorio paradisíaco  con un coste de vida muy barato. Al este de la isla, en la ciudad de  Wenchang, se encuentra el único puerto espacial costero del país. Un  centro de lanzamiento que envió el año pasado el primer robot explorador  chino a Marte y una sonda a la luna que volvió a la tierra con rocas  lunares. Este año, China completará más de 60 lanzamientos al espacio,  rompiendo su propio récord mundial de 2021.

 


SALUD INTEGRAL


  

Pero al visitante que  acude a Hainan las grandes cifras le interesan poco, salvo por el  ahorro que consigue en sus compras y lo barato de los alojamientos y  comidas. Lo que le atrae es su clima templado, con una temperatura media  anual de entre 23 y 26 grados, sus miles de cocoteros y playas de arena  dorada, especialmente en Sanya en la zona sur, disfrutar de la  tranquilidad en los paseos marítimos o gozar de algunos de los mejores  resorts de lujo de Asia. En poco tiempo, Sanya, el centro turístico más  importantes de la provincia, pretende posicionarse como una atractiva  alternativa turística en el Sudeste Asiático a las consolidadas  Tailandia, Malasia o Filipinas. Ya es un lugar de vacaciones ideal para  muchos chinos, pero también atrae a turistas de otros países (sobre todo  rusos), incluida España, desde donde habrá vuelo directo a final de  2025.
 
 

 

Empezando en la capital
 
 

La llegada a Hainan  suele hacerse por su capital, Haikou, donde está el principal aeropuerto  internacional. Es una ciudad moderna y cosmopolita con algunos  edificios de vanguardia a los que en breve se unirán varios más. De  hecho, hace poco se ha invitado a arquitectos y artistas de todo el  mundo a que diseñen su actual costa, construyendo 16 grandes pabellones  que buscan aportar sostenibilidad, fomentar el turismo y, a largo plazo,  crear un modelo para la vida futura junto al mar. Un ambicioso proyecto  que abarcará 32 kilómetros y donde cada invitado puede dejar volar su  imaginación y el resultado dará forma al futuro de la ciudad y del  puerto de libre comercio de Hainan.
 
 Nada moderna e  imprescindible de visitar y recorrer es su calle princi
pal que recibe el  nombre de Calle Antigua Haikou Qilou, un conjunto histórico y cultural y  el mayor  complejo de arcadas mejor conservado de China, compuesto por  12 calles de estilo colonial. Para hacerlo al modo tradicional debe  recorrerse a bordo de un rickshaw tirado por uno de los culíes,  siempre dispuestos. Llaman la atención, además de las arcadas, las  ornamentadas fachadas con relieves alegóricos, la colección de  esculturas con temas familiares que bordean la calle y, por supuesto, la  colección de tiendas habituales en todos los lugares turísticos:  infinitos surtidos de galletas y dulces, souvenirs con lo más típico de  la artesanía china, pequeños puestos de comida con todo tipo de despojos  y con jugo de cocos, el imprescindible templo budista (en China hay más  de 33.000 templos budistas abiertos al culto) en el que colgar los  lazos del deseo rojos (hóng xiàn en chino) que consiguen que los  deseos se hagan realidad y simbolizan prosperidad, felicidad y buena  suerte y los palitos de incienso que se alzan al cielo, y también dos o  tres buenos restaurantes, como Shangnan Hall, una antigua tetería con  gastronomía de la isla, como la anguila con coco rallado o las manitas  de cerdo con jengibre de Yongxing... A lo largo de la calle hay varias  otras bellas teterías, en la isla se producen varias clases de té, como  el té verde y negro de Wuzhishan o Baisha y lo habitual es consumir el  LaoBaCha, que literalmente significa “té del viejo papá”, una mezcla  tradicional de té y café con leche.
 
 

 

La salud, lo primero
 
 

Uno  de los grandes atractivos de Hainan, debido a su clima privilegiado y  su aire limpio es, curiosamente, la proliferación de centros de salud y  sofisticados hospitales. Hasta 33 de ellos se concentran en la ciudad  costera de Boao, en la llamada Zona Piloto de Turismo Médico  Internacional de Boao Lecheng, que se ha convertido en un símbolo del  avance de China hacia un modelo sanitario global, integrador e  innovador. De su éxito dan cuenta los 410.000 pacientes que recibió en  2024. La zona ofrece mucho más que servicios clínicos: incorpora  terapias integradas de medicina tradicional china y occidental, chequeos  de salud de alto nivel, programas de prevención, rehabilitación, salud  mental y actividades curiosas como caligrafía o ceremonias del té. A  través de 25 experiencias temáticas, adapta sus servicios a diversas  necesidades, desde enfermedades crónicas hasta bienestar estético.  Además, Hainan es rica en recursos medicinales vegetales y animales y es  conocida como «almacén de medicina natural» con 4.600 tipos de plantas,  de las cuales unas 2.000 pueden utilizarse como medicina.
 
Muchos  de estos hospitales más parecen lujosas residencias y hoteles, con  todos los servicios –piscinas, zonas deportivas, restaurantes y bare
s,  cuidados jardines, salas de juego...– y en cierto modo los son, ya que  muchos de sus pacientes llegan aquí para hacerse minuciosos chequeos que  requieren a veces una estancia de quince días. Hospitales como  Mellsser, Boao Super o Yiling Life cuentan con sofisticados equipos que  son capaces de diagnosticar, por ejemplo, hasta 300 datos de un análisis  de sangre en menos de media hora... sin necesidad de un pinchazo, solo  aproximando el detector a la muñeca.
 
Pero también en ellos se  practica la me
dicina tradicional china, como se hacía hace 2.000 años.  Una técnica curiosa es la llamada bá guàn, cupping o terapia de  Hijama o de ventosas que consiste en aplicar vasos o copas calentados  previamente con fuego para consumir el oxígeno y crear el vacío (en uno  de los hospitales se hace con cuernos de ciervo sambar, al parecer más  eficaces y naturales) sobre la piel, generalmente en puntos de  acupuntura específicos, creando un vacío que succiona la piel y el  tejido subyacente y forma grandes moratones con distinta intensidad de  color en el paciente. Analizándolos y aplicando acupuntura también  caliente quemando sobre las agujas hierbas y jengibre, se puede mejorar  la circulación sanguínea y el drenaje linfático, eliminar toxinas,  liberar tensiones musculares y reducir el dolor en áreas afectadas por  contracturas, lesiones o inflamación... y todo con unos simples vasitos  calientes.
 
 

 

Regreso al pasado
 
 

Siguiendo con lo  tradicional, una visita imprescindible es el Parque del Patrimonio  Cultural Li y Miao de Binglanggu, en la isla Shenyu, un parque temático y  cultural en medio de la selva tropical con miles de imponentes árboles  de betel, palmeras areca y exuberante vegetación en ambas laderas, que  se centra en la preservación y exhibición de la cultura de los grupos  étnicos Li y Miao, los primeros pobladores de Hainan hace 3.000 años,  mostrando sus costumbres, tradiciones, arquitectura y artesanía. El  parque ofrece experiencias interactivas y educativas sobre la vida y la  historia de estas dos culturas minoritarias.
 
Pero aunque el  lugar se presente como un parque temático que recibe más de un millón de  visitantes cada año, en realidad se trata de una aldea viva, en la que  habitan más de 2.000 personas y que permite que los visitantes se
  integren y participen, incluso pueden alojarse en algunas de las casas y  disfrutar de la naturaleza de una belleza cautivadora, apreciar las  costumbres populares, la música étnica, saborear la gastronomía  tradicional y presenciar las artesanías de bordado, tejido y teñido,  como se hacían hace siglos. También ofrece a los visitantes una ventana a  todos los aspectos de las tradiciones locales, desde las casas con  forma de barco que habitan, graneros centenarios, la destilería, flautas  que se tocan con la nariz o instrumentos musicales de bambú, hasta la  forma de hacer fuego frotando palos y la manera en que confeccionan   colchas y ropa con corteza de árbol. Cada día ofrecen un espectáculo  llamado "Fuego y Cuchillo" del  pueblo Miao en el que participan desde  niños hasta abuelas de 70 años. Además, en Binglanggu se exhiben varios  elementos del patrimonio cultural inmaterial nacional de Hainan, como  las técnicas de hilado y tejido, los sistemas de pesca y los métodos  agrícolas, lo que lo convierte en el mejor escaparate de la cultura de  las minorías étnicas de la isla de Hainan.
 
Muy cerca está la Isla  Shenyu una versión en miniatura de la selva tropical de Hainan, con un  enfoque en la cultura del jade chino y la ecología. Ahí se ha creado un  r
esort turístico cultural de alta categoría, el Shenyudao Holiday Hotel,  que no es solo un alojamiento de lujo en medio de la selva sino un  centro que combina cultura, arte, turismo y salud, con un enfoque en la  satisfacción y el bienestar de las personas. Ahí es posible aprender a  elaborar intrincados dibujos con polvo de incienso, descubrir magníficas  piezas en jade, algunas con cientos de años de antigüedad, saborear  exclusivas combinaciones de té, profundizar en los secretos del yoga, la  meditación y la filosofía zen, recibir un masaje TuiNa de la medicina  tradicional china, descubrir la aromaterapia Li, el encanto de la quema  de madera de agar, o tratar de esquivar los palos de bambú del baile  típico que algunos llaman Tinikling como en Filipinas, mientras  se salta sobre ellos. Por supuesto, el hotel, al borde de un bello lago,  ofrece amplias habitaciones de lujo y villas independientes con  decoración en madera, grandes terrazas y espectaculares vistas sobre el  lago y la selva tropical.
 
 

 

Sanya, icono turístico... y sostenible
 
 

Casi  al final del recorrido por Hainan se llega a la principal ciudad de la  isla, después de la capital. Es también el más importante centro  turístico donde se encuentran algunos de los hoteles más espectaculares,  pero también un lugar que ha hecho del desarrollo sostenible y el  cuidado ecológico una prioridad. Aparentemente, lo tiene todo:  impresionantes montañas, selvas y costa con playas de hasta 30  kilómetros. Y aunque en la visita esperan parques temáticos con  atracciones acuáticas, el parque de paracaidismo Skydive Tarhe, marinas  con lujosos yates, centros comerciales con más de 800 marcas de lujo,  hoteles que acogen impresionantes acuarios, facilidades para todo tipo  de deportes... las primeras visitas son a un centro de recuperación de  coral y a una playa refugio de tortugas marinas, mientras por sus calles  circulan ya 600 autobuses eléctricos.
 
El rancho marino de  recuperación de coral de Wuzhizhou ha conseguido crear 80.000 metros  cúbicos de arreci
fes artificiales para peces y se han introducido más de  51.000 plantones de coral. En total, la superficie regenerada alcanza  las 5,3 hectáreas, más o menos el equivalente a siete campos de fútbol.  En esta isla es frecuente la destrucción de coral debido a los muy  habituales tifones. También aquí existe un santuario y centro de rescate  de tortugas marinas llamado el Centro de Conservación de Tortugas  Marinas de Sanya, incluso hay una playa donde suelen refugiarse adornada  con decenas de esculturas de tortugas. Este centro se dedica a la  protección y recuperación de tortugas marinas, incluyendo especies como  la tortuga verde y la tortuga carey, que son especies amenazadas o en  peligro de extinción.
 
Aunque en Sanya destaca su espectacular  hotel Atl
antis, del que luego hablaremos, también presume del resort  Birds'Nest, en la zona del bosque tropical de la Bahía de Yalong, un  hotel con una mentalidad "verde", aunque también de lujo, cuyas  habitaciones están en cabañas sobre los árboles con muchas medidas de  protección medioambiental, como una bomba que usa aire para calentar el  agua, o el empleo de energía solar y de un sistema de reciclaje de agua  de lluvia y de agua residual.
 
 

 

Tiburones en la habitación
 
 

Aunque  hay mucho que ver en Sanya, una visita que nadie se pierde, aunque no  se pueda alojar en él, es el hotel Atlantis, un enorme complejo  hotelero, un rascacielos de 55 pisos y 1314 habitaciones con vistas a la  playa de Haitang. Desde su apertura en 2018, ha recibido a más de 32  millones de turistas. En 2024 se alcanzó un récord ya que la cantidad de  turistas llegó a los 6,29 millones (más de 17.000 diarios; el Museo del  Prado de Madrid tiene 9.500). El proyecto se inscribe en un plan de  desarrollo, cuyo coste se estima a 1.400 millones de euros. Es todo  lujo, pero lo que más llama la atención es su gigantesco acuario Lost  Chambers que contiene trece millones y medio de litros de agua del mar y  más de 86.000 peces de 280 especies, entre los que no faltan tiburones,  mantas raya, belugas... Desde el hall se puede apreciar a través de  grandes ventanales, pero sin duda la experiencia más exclusiva es  hacerlo desde la propia habitación, ya que algunas suites tienen su  propio ventanal al acuario desde el dormitorio y el cuarto de baño.  Darse el capricho no es barato: la suite submarina del Atlantis Sanya,  de dos grandes plantas y 340 metros cuadrados, conocida como la  "Poseidon Underwater Suite", tiene un precio aproximado en agosto de  15.000 dólares por noche y puede llegar a ser significativamente más  cara en temporada alta, alcanzando hasta 20.000 dólares por noche.
 
Otro  buen ejemplo del auge de Sanya es su gigantesco Centro Comercial  Internacional Duty-free, el más grande de su tipo en el mundo, que abrió  sus puertas en 2014
y que ya ha recibido la visita de 70 millones de  turistas internacionales; en 2024 se alcanzaron ventas libres de  impuestos de aproximadamente 140.000 millones de yuanes (unos 15.000  millones de euros). Este enorme centro comercial abarca una superficie  construida de 200.000 metros cuadrados y alberga unas 850 marcas  internacionales de renombre: cosméticos, perfumes, joyería, relojes,  ropa, artículos de cuero, bolsos...
 
Y otra gran inversión es la  Terminal de Yates Hongzhou de Sanya lo más represe
ntativo de su oferta  náutica con 14 puertos deportivos con más de 2.500 amarres y que acoge  una flota de más de 1.400 embarcaciones de recreo. Aquí se dan cita más  de 13.000 empresas relacionadas con el mundo de los yates. Salvo por  algún tifón ocasional, se puede navegar más de 350 días al año. Casi  todas las mañanas, la costa de Sanya se convierte en un espectáculo. En  sus bulliciosos puertos, una flotilla de yates se prepara para zarpar y  lanzarse al mar en busca de aventuras. Con sus ricos recursos acuáticos y  su clima tropical, esta ciudad es un imán para todos aquellos  visitantes nacionales y extranjeros que quieren disfrutar del cielo azul  y navegar en aguas cristalinas. Muchos de los barcos atracados en los  muelles se pueden alquilar por muy bajo precio para hacer pequeños  cruceros en las aguas del Golfo de Tonkin, divisando a lo lejos las  costas de Vietnam, o profundizando en el Mar de la China Meridional.
 
De  vuelta en tierra firme, la escena nocturna es vibrante y variada,  especialme
nte en la calle Baihuagu, uno de los lugares turísticos  favoritos de chinos y visitantes. Bares, música en directo, espectáculos  culturales... y muchos restaurantes tradicionales en los que saborear  una de las cocinas más singulares de las muchas que hay en China, como  el Pollo Yeziji al coco, el Cangrejo Hele, el Pato Jiaji, el Cordero  Dongshan, los Fideos de arroz Baoluo, la sopa Qingbuliang... y decenas  de platos más (menos de 20 platos para una cena, se considera humilde).  Eso sí, todo acompañado, muy al estilo chino, con agua... a ser posible  caliente.
 
 

 

Mucho más que ver
 
 

Por supuesto, hay mucho  más que ver en la región de Hainan que, entre otras cosas, agrupa un  total de más de 200 islas repartidas en tres archipiélagos: Zhongsha,  Xisha y Nansha. Un lugar interesante es la  zona de Nanshan, un extenso y famoso complejo turístico budista de  montaña que disfruta de un espléndido paisaje costero y montañoso en el  que destaca la estatua de Guanyin de Nanshan, de 108 metros de altura, venerada por pescadores y marineros, su efigie tiene tres rostros que representan la paz, la sabiduría y la compasión  y la estatua de Buda de oro y jade más grande del mundo. Bien distinto  es el Parque Forestal Paraíso Tropical de la Bahía de Yalong que permite  disfrutar de aventuras en la selva desde plataformas artificiales que  se elevan sobre el bosque tropical. También se ofrecen rutas de  senderismo por la selva, puentes colgantes y mucho más.
 
Pero  otro lugar imprescindibles antes de finalizar la visita,
es la llamada  Isla del Oeste que incluye una Reserva Natural de Arrecifes de Coral, un  verdadero paraíso submarino para los amantes del buceo y conserva el  ambiente de pueblo marinero que ha sido siempre. West  Island propone un nuevo turismo sostenible y solidarios, entre otras  medidas, lanzó la campaña "isla sin plástico" en 2019 y la campaña "isla  cero residuos" en 2020, estableciendo un objetivo de cero residuos a 10  años. Hay playas magníficas y los chinos adoran las playas, pero  raramente se bañan en ellas, les gusta pasear completamente vestidos por  las orillas, sin mojarse los pies. La isla es el lugar favorito de las instagramers  chinas (que se cuentan por millones) que acuden allí con sus mejores  galas y trajes largos para compartir sus fotos con miles de seguidores.
 
Otro  paraíso que también busca la excelencia es el islote Wuzhizhou, frente a  la bahía de Haitang, que es considerado una joya en la zona. Es una  isla verde y no solo está prohibido fumar, sino que se presta atención a  l
a recogida selectiva de basura. En estas dos islas llaman la atención  gigantescas pasarelas en madera suspendidas sobre los acantilados y  calas que se pueden recorrer en pequeños coches eléctricos abiertos en  un paseo maravilloso con vistas inolvidables. Entre lo mejor de la isla  destaca, sin duda, el espectacular hotel Fairmont Sanya Haitang Bay, con   vistas a la playa y el infinito paisaje marino que se extiende a lo  lejos. Combina la hospitalidad internacional con rituales locales para  ofrecer un lujo innovador, comidas y bebidas ingeniosas, además de  ofertas creativas de ocio y bienestar para vivir momentos inolvidables.  Con 523 habitaciones y suites, es prácticamente un pueblo en sí mismo,  con un canal de agua salada de un kilómetro de longitud que serpentea a  través de la propiedad dándole un cierto aire a Venecia, es el primer  canal de agua de mar del mundo que corre dentro de un hotel, que permite  a los huéspedes tomar un paseo en su bote dragón para llegar a las  habitaciones y otras instalaciones mientras disfrutan del paisaje  siempre cambiante y los verdes paisajes. Las habitaciones y suites son  lujosas, con amplio espacio para relajarse y un estilo de diseño  interior que hace un uso generoso de la madera y la piedra típicas de la  región.
 
Un viaje a la isla de Hainan permite descubrir una China  diferente donde costumbres ancestrales conviven con lo más  vanguardista, donde descubrir un estilo de turismo amable y seductor que  marca la tendencia que debe predominar en otros lugares
del mundo.