Patatas Hasselblack rellenas con salsa de pistachos y tomate seco

Holi! Hoy estoy especialmente contento con esta creación, no es porque me la haya inventado yo, hace ya tiempo que Instagram empezó a llenarse de patatas hasselblack como estas, pero estoy orgulloso de haber hecho esta receta después de llevar un año apuntada en mi cuaderno de ideas que pocas veces abro.
 
La verdad es que para lo fácil que es y lo bonitas que quedan, mucho lo he ido dejando, te recomiendo que no hagas como yo y te pongas a hacerlas en cuanto termines de leer esto. Busca una playlist de reggaetón, hazte un moño y ve lavando las patatas mientras mueves el booty patrás.
 
Como es verano y todo el mundo se va al pueblo, seguro que tienes suerte y alguien te ha traído patatas de la huerta, lo bueno es que saben mejor y no están llenas de pesticidas, lo malo es que hay que lavarlas a mano pero no pasa nada, puedes comprarte un cepillo para cocina de limpiar frutas y verduras, yo lo uso siempre y me va fenomenal.
 
Bueno, al lío. Básicamente lo que tienes que hacer es lavar muy bien la patata y cortar un trozo para que haga de base estable y no se vaya balanceando por el horno, que luego hay que fregar. Una vez hecho el corte, tienes que ingeniártelas para atravesar paralelo a la base de la patata algo que haga de tope para cuando cortes de forma vertical, yo clavé un cuchillo pero te recomiendo que lo hagas con un palo metálico típico de brochetas para barbacoas, yo es que no tenía ni pensaba bajar a comprarlo.
 
Cuando tengas el palo atravesado, te darás cuenta de que es imposible llegar a la base de la patata cuando cortas vertical, la física hace que el cuchillo choque con el palo y el perreo no llegue hasta abajo. Procura hacer los cortes a la misma distancia para que te quede la foto bonita, en mi caso luego quité los gajos impares con cuidado, no me cabía la salsa entre los huecos porque mi patata era muy dura, pero eso ya es decisión tuya.


Salsa de pistachos y tomate seco
 
Una vez hechos los cortes equidistantes, coge un puñado de pistachos, unos trozos de tomate seco rehidratado, en mi blog lapastanoengorda.es te explico los tipos de tomates para que elijas por ti misma y te sientas libre. En cuanto a las medidas, diría que por cada puñado de pistachos, pongas la mitad en tomate seco, luego un buen chorro de vino blanco y lo trituras todo con la batidora intentando que no quede puré, así quedará una textura crujiente y guay.
El siguiente paso es rellenar los agujeros, te recomiendo que lo hagas primero con el dedo, es lo más fácil para empezar y que luego todo sea más fácil, ve metiendo la salsa procurando que llegue hasta el final de los cortes y no sobresalga demasiado. Ahora que ya está todo lleno de salsa, quita los restos que hayan quedado entre medias si es que le vas a hacer una foto, si no, déjalos.
 
Ahora mételo al horno a 180º hasta que estén hechas, como siempre, pincha con el cuchillo y fíate de tu intuición.

Te recomiendo que al lado de las patatas pongas una pequeña bandeja o un vaso apto para horno con un poco de agua, así se irá evaporando durante la cocción y no quedarán secas, que es que el horno seca mucho todo.
 
Bueno, pues ya estaría
¿Ves que fácil?
Pues ale, a limpiar patatas.
Muak!

¿Te ha molado?


Cristian Alonso
lapastanoengorda.es