La Comunidad amplía la autocita a todos los mayores de cincuenta años

Cerca de 50.000 peticiones se han registrado en la primera semana  

La Comunidad de Madrid ha ampliado el tramo de edad del sistema de autocitación para vacunar contra el COVID-19 a población de 50 años en adelante, sin límite de edad, que no hayan recibido aún ninguna dosis. Así, lo han anunciado el viceconsejero de Salud Pública y Plan COVID-19, Antonio Zapatero, y la directora general de Salud Pública, Elena Andradas, en la comparecencia de actualización de la situación epidemiológica y asistencial de la región.

La fase piloto de la aplicación web que permite elegir cita para vacunarse a la carta arrancó el pasado 26 de mayo, inicialmente dirigida a la franja de 57 a 67 años de edad. Posteriormente, el 31 de mayo, se abrió también a personas de 55 y 56 años y, desde las 9:00 horas de hoy, el umbral de edad se extiende a todas las personas de 50 y más años.

Más de 46.600 peticiones han sido tramitadas ya a través de este sistema de autocitación habilitado por la Consejería de Sanidad, que permite elegir fecha y franja horaria a una semana vista para recibir la primera dosis de vacuna, así como optar entre dos puntos de vacunación: el estadio Wanda Metropolitano y el WiZink Center, ambos coordinados por el SUMMA112.

Está previsto que la semana próxima se administren 10.000 dosis diarias entre ambos puntos de vacunación a personas que puedan solicitar su cita a través de esta aplicación web, también accesible desde la Tarjeta Sanitaria Virtual de la Comunidad de Madrid.

Para solicitar cita mediante esta plataforma web, tanto en un ordenador como desde cualquier dispositivo móvil, es necesario introducir el CIPA (Código de Identificación Personal Autonómico de la tarjeta sanitaria pública), DNI/NIE o pasaporte y añadir su fecha de nacimiento. Posteriormente, el sistema comprueba si el usuario está registrado en el repositorio poblacional de las bases de datos de la Comunidad de Madrid. De igual modo, se verifica que no tiene ninguna vacuna registrada en el Registro Único de Vacunación (RUV).

Seguidamente, el sistema comprueba si el ciudadano está en el rango de edad habilitado. En la pantalla se le mostrará un listado de centros disponibles según la franja de edad o grupo de vacunación, y podrá elegir centro e intervalo horario. Una vez realizada su elección, en la pantalla de su móvil aparecerán los días con los huecos disponibles, con 48/72 horas de antelación y con una ventana de opciones inicial de una semana.

Por último, podrá elegir el día y el hueco disponible, y se mostrarán en la pantalla todos los detalles de la elección. Una vez seleccionada la cita recibirá un código de verificación a través de un mensaje SMS a su teléfono móvil para proceder a su confirmación. A continuación le aparecerán los datos de su cita junto con un QR para facilitar su acceso al punto de vacunación. Además, el ciudadano recibirá un SMS de recordatorio con al menos 24 horas de antelación que incluirá el código QR que deberá mostrar en el acceso al recinto de vacunación.

Si alguna persona incluida en el rango de edad establecido que acceda al sistema de auto-citación de la Consejería de Sanidad no estuviera en la base de datos y no pudiera tramitar la cita por este canal, deberá llamar al número de teléfono gratuito habilitado por la Comunidad de Madrid (900 102 112), donde un operador recogerá sus datos y trasladará esta información al Servicio Madrileño de Salud para su comprobación en el padrón municipal y restos de bases de información de la Comunidad de Madrid.

De forma paralela, la población que no utilice el sistema de autocitación seguirá siendo convocada a vacunarse mediante la citación vía SMS en su teléfono móvil o llamada telefónica. Así, el lunes se iniciará en el Hospital público Enfermera Isabel Zendal la inoculación de segundas dosis de AstraZeneca (AZ) a personas mayores de 60 años que ya recibieron en su momento una primera dosis con esta misma vacuna y les corresponde, ahora, completar su inmunización según la pauta vacunal.

Y en ese mismo centro sanitario continuará la administración de la segunda dosis de vacuna a personas menores de 60 años que recibieron la primera de AstraZeneca y podrán elegir completar la pauta vacunal entre AZ o Pfizer, disponiendo para ello de sendos consentimientos informados así como un documento informativo complementario de la Dirección General de Salud Pública, disponibles en este enlace.

Igualmente, en más de 20 hospitales públicos de toda la región seguirán inmunizando a población general con edades comprendidas entre 50 y 59 años. Al mismo tiempo, en hospitales públicos y también privados de la región avanzará la inoculación de dosis a pacientes de los grupos con condiciones de muy alto riesgo (Grupo 7) definidos en la ‘Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España’. Igualmente, los profesionales de Enfermería de Atención Primaria continuarán vacunando frente a la COVID-19 a personas a partir de 68 años en los centros de salud.

La vacunación frente a la COVID-19 en la Comunidad de Madrid avanza con paso firme, habiéndose completado ya en la población de 80 años y más edad. En la franja de 70 a 79 años, el 95,6% ya tiene al menos una dosis y el 90,8%, la pauta completa. Mientras, el 89,6% de la población con edad comprendida entre 60 y 69 años tiene ya la primera dosis y el 20,1% ha completado su inmunización. Por su parte, en el tramo de 50 a 59 años el 71,2% ya tiene la primera dosis y el 19,8% la pauta completa.

En términos globales, el 45% de la población diana de la Comunidad de Madrid -a partir de 16 años de edad- tiene ya la primera dosis y el 23,7% está inmunizada completamente.

La Comunidad de Madrid ha clausurado hoy el hotel medicalizado Ayre Gran Hotel Colón, gestionado por el Hospital General Universitario Gregorio Marañón para hacer frente a la pandemia por COVID-19. El consejero de Sanidad en funciones, Enrique Ruiz Escudero, ha acudido a este hotel para agradecer su labor a los profesionales que han prestado servicio durante estos meses. Este dispositivo se abrió el 19 de marzo de 2020 y desde entonces, y de forma ininterrumpida, ha prestado asistencia a 2.079 pacientes infectados por coronavirus. Fue el primer dispositivo sanitario de estas características que se puso en marcha en España y el único que continuaba funcionando hasta hoy.

En apenas 24 horas, los profesionales del Hospital Gregorio Marañón, convirtieron este hotel en un nuevo espacio sanitarizado y lo dotaron de personal y recursos para que funcionase como una planta más del propio centro sanitario. El objetivo fue prestar asistencia sanitaria a los pacientes menos graves pero que sí requerían seguimiento y monitorización o que precisaban un lugar donde llevar a cabo la cuarentena.

Según el doctor José Luis Escalante, director de este hotel medicalizado, “gracias a este innovador recurso sanitario se ha podido liberar camas en otros hospitales y hemos atendido a pacientes infectados que precisaban una atención intermedia entre el domicilio y el hospital. Muchos de ellos necesitaban un lugar donde poder realizar su aislamiento de forma eficaz, pero también una respuesta clínica más específica que incluía la observación continuada por parte de nuestros profesionales”.

En las habitaciones del hotel medicalizado, con capacidad para un total de 164 personas, se han alojado desde pacientes de avanzada edad con diferentes patologías de base hasta más de 60 niños, la mayoría asintomáticos, que han ingresado con algún miembro de su familia. Por el Ayre Gran Hotel Colón también han pasado enfermos de más de 20 nacionalidades diferentes, lo que también ha supuesto un reto para el personal sanitario.

Belén, de 29 años, se ha convertido en la última paciente de este dispositivo, después de permanecer los últimos 10 días ingresada. “Aquí me han tratado muy bien, tanto los médicos, como las enfermeras. Imagino que a todo el equipo que nos ha cuidado le dará mucha pena despedirse, ya que ha sido su lugar de trabajo en unos meses muy duros para todos”, ha comentado.

Durante la época más aguda de la pandemia se llegaron a atender al mismo tiempo a 156 pacientes infectados. Ha sido un dispositivo flexible, ya que se han ido habilitando o cerrando las diferentes plantas del hotel según la demanda asistencial y ajustando la plantilla y los recursos para prestar la mejor asistencia posible en cada momento.

El personal del hotel medicalizado ha ido variando a lo largo del último año, de manera que en la primera fase de la pandemia aproximadamente 70 profesionales sanitarios prestaron sus servicios en el centro, pero a lo largo de estos 15 meses han sido un total de 220 trabajadores los que han pasado por estas instalaciones.

Este hotel ha estado atendido por médicos con especialidades muy diversas y enfermeras de distintas procedencias, todos ellos dispuestos a ayudar en los momentos más críticos de la pandemia, formando una gran estructura coordinada siempre por facultativos y supervisores de gran experiencia y bajo la coordinación y apoyo constante del resto del Hospital Gregorio Marañón.

Este hotel medicalizado, por las características de sus pacientes y para disminuir el riesgo de contagio, diseñó una forma nueva de seguimiento de sus enfermos. Los médicos realizaban un control telefónico, llamando varias veces al día a los pacientes para ver cómo estaban, pautarles medicación o darles el alta cuando acaban su período de aislamiento.

“A los pacientes del hotel medicalizado les enseñamos a usar el pulsioxímetro, que mide la saturación de oxígeno en sangre, y ellos se ponían el termómetro tres veces al día. Los datos se registraban en su historial médico y a través del contacto telefónico permanente se les monitoriza las 24 horas del día. Aunque el personal de enfermería hemos tenido que restringir el contacto físico con el paciente, la humanización de la asistencia ha sido siempre nuestra prioridad y, en este sentido, las nuevas tecnologías nos han ayudado a acercar a los pacientes con sus seres queridos durante su ingreso”, ha explicado Cristina Arias, supervisora de enfermería del hotel medicalizado.

El hotel medicalizado del Hospital Gregorio Marañón se habilitó también durante la borrasca Filomena para poder acoger a los sanitarios que tuvieron que doblar sus turnos o no pudieron regresar a sus domicilios, ofreciéndoles un lugar donde descansar y asearse. De este modo se evitaron desplazamientos innecesarios y se redujeron los riesgos derivados de la gran nevada de principios de año.


Fuente: eltelescopiodigital.com