9 preguntas que debes hacerte antes de tener un perro (parte II)

Si tiene algún problema de conducta, ¿qué es lo que nos aconsejáis hacer?

Primero valorar si realmente se trata de un problema de conducta o, simplemente, de situaciones completamente normales en ciertas etapas de vida. Mucha gente piensa que un cachorro o un perro joven deben portarse bien y esto no es posible. No podemos pretender que un perro de 8 meses se comporte como uno de tres años. Al igual que un joven humano de 15 años no puede comportarse como un señor de 35. El objetivo de educar a cachorros y a perros jóvenes no es que se porten bien, es prepararles para llegar a ser en su madurez perros equilibrados y sin problemas. Por eso recomendamos a los propietarios valorar la frecuencia y la intensidad de lo que consideran un problema.

Que un perro joven alguna vez se aburra y rompa algo inadecuado en casa es normal. Que todos los días se coma media casa es un problema. Si creemos que de verdad hay instaurado un problema estos son algunos consejos: el primero sería intentar conservar la calma y no enfadarnos. Gritar, castigar o zarandear a nuestro perro no va a solucionar el problema, probablemente se conseguirá lo contrario. Lo segundo, sería revisar las rutinas de paseos e interacción con nosotros. Unos paseos de calidad acompañados sin exceso de atención, caricias, exigencia, etc pueden mejorar el problema. Por último, si el comportamiento persiste, es recomendable consultar con un educador canino. 

 

¿Es mejor pienso o comida casera?

Es importante que usemos un buen pienso, especialmente en algunas etapas de vida. No es una buena idea que la base de la alimentación sea un pienso barato de supermercado. La alimentación no solo influye en aspectos físicos y de salud. También puede influir en el comportamiento.

 

¿Es normal que se coma sus heces?

Que un perro se coma sus heces de forma esporádica o las de otro perro u otras especies (incluida la humana) es algo completamente normal, pese a que nos resulta muy desagradable . En cambio, si lo hace de forma obsesiva y frecuente es un claro síntoma de un problema. Podría tratarse de un problema de estrés o relacionado con la alimentación y la falta de algún nutriente. Algunos perros adoptados presentan este problema temporalmente. En cuanto sus vidas mejoran y recuperan una rutina adecuada de paseos, el problema suele desaparecer. En cualquier caso, enfadarnos o castigarle no mejorará nada. 

 

¿Debo educarle con un adiestrador cuando es un cachorro?

Dentro de las prioridades en la educación de un cachorro, la obediencia no es ninguna de ellas. La prioridad en la educación de cachorros es que crezcan seguros de sí mismos, con plena confianza en nosotros y que puedan experimentar y explorar para integrarse en distintos entornos, para interactuar con distintos animales, objetos, personas y lugares y que no tengan miedo frente a estas situaciones en su etapa adulta. Cuando son cachorros, no debemos pensar demasiado en premiar o castigar (esto último no debemos hacerlo NUNCA). Es mejor centrar nuestros esfuerzos en que lo que no nos gusta no suceda. Cuando algo no puede suceder no se aprende. Por ejemplo, si anticipamos que nuestro cachorro nos robe la cena y, simplemente, impedimos que pueda cogerla, sin enfadarnos, aprenderá que eso no es posible y dejará de intentarlo.

Podría bastar, e incluso es recomendable, una visita de un par de horas de un experto o a un centro especializado para orientarnos cómo hacer bien las cosas. Lo que no recomendamos sería la contratación de un adiestrador para que haga un programa de visitas para entrenar a nuestro cachorro en obediencia.

 

Si tiene ansiedad por separación, ¿qué hago?

La ansiedad por separación es una patología grave. Una gran idea sería que todas las personas sepan cómo prevenirla. Aprender a estar solo es algo muy antinatural para un perro, por eso es muy recomendable al principio no dejarles solos, hasta que se sientan cómodos y seguros en la casa y después hacerlo de forma gradual y agradable. Castigar a los perros o generarles más miedo (utilizando, por ejemplo, un collar antiladrido) los convierte en seres más dependientes e inseguros y ello no favorece el aprender a estar solos y darse cuenta que no es nada malo, sino algo normal e inevitable en nuestros modelos de vida. Por eso si se sospecha que el perro ha desarrollado esta patología hay que recurrir lo antes posible a un profesional.

Lau Lagun