Como si de modernas plagas de Egipto se tratase, tras una epidemia y el paso de Filomena, otro fenómeno natural sobresaltaba a los españoles, y es que uno de los volcanes que dieron origen a las Islas Canarias entraba en erupción poniendo en alerta a los vecinos durante casi tres meses y cambiando para siempre la fisonomía de la isla de La Palma