El fantasma de la montaña en peligro

Salva al Fantasma de la Montaña

 

El Leopardo de las Nieves, un felino esquivo y solitario, y uno de los animales más hermosos y enigmáticos del planeta, pero también uno de los más amenazados y perseguidos: cada semana los furtivos asesinan y trocean a entre 5 y 8 ejemplares, cientos al año.

En las dos últimas décadas, la especie ha perdido el 20% de su población y ya solo quedan menos de 4.000 en libertad. Sobrevive en poblaciones aisladas y fragmentadas en una docena de países asiáticos, siendo más abundante en China, Mongolia e India.

Sus principales amenazas son la escasez de presas, los conflictos con ganaderos, el furtivismo, el comercio ilegal de sus partes y el cambio climático. Las previsiones climáticas indican que para 2070 el felino perderá dos tercios de su hogar.

 

ACORRALADO Y PERSEGUIDO

Mimetizado con su entorno y con una larga cola que utiliza como balancín en sus grandes saltos, el fantasma de la montaña vive en laderas y cumbres de las grandes cordilleras del centro de Asia, entre los 900 y 5.500 m de altitud. Son terrenos escarpados, rocosos e inhóspitos de difícil acceso y tránsito, y sin apenas vegetación.

Muchos están acorralados en zonas peligrosas con conflictos bélicos y políticos que dificultan nuestras investigaciones y acciones de conservación sobre el terreno y que favorecen el despliegue de furtivos, sus mafias y el tráfico ilegal de sus partes más codiciadas: piel, huesos, garras y órganos sexuales de machos, usados en preparados “milagrosos” de la medicina oriental sin ningún poder afrodisíaco ni curativo.


SALUD INTEGRAL


Para conseguir su alimento recorre grandes distancias, lo que dificulta su seguimiento. Caza herbívoros silvestres (cabras azules, marjores, íbices, muflones o marmotas) que viven en praderas donde no llegan los pastores y sus rebaños. El conflicto surge cuando estas presas escasean. Hambriento, el felino desciende la montaña y coincide con el ganado doméstico, y es perseguido con trampas, venenos y escopetas.

 

LUCHAMOS POR SU CONSERVACIÓN

En 1970, cuando solo se tenía constancia de su existencia por la venta de sus pieles, fotografiamos por primera vez para la ciencia un leopardo de las nieves en Pakistán. Desde entonces y gracias al apoyo de nuestras socias y socios, en WWF realizamos censos y colocamos collares con GPS para mejorar el conocimiento de la especie y sus hábitats, que más del 70% no está bien estudiados.

Creamos reservas y espacios seguros para el felino, formamos a sus guardas y a los técnicos de aduanas que controlan el tráfico de sus partes, y vigilamos los mercados negros que trafican con sus huesos y pieles. También colocamos cámaras-trampa fotográficas para vigilar a las familias que sobreviven en las montañas del Himalaya en Ladakh (India) y Altai-Sayan (Mongolia), en Altaisky (Rusia) y Wanglang (China).

Además, para reducir los conflictos y fomentar la coexistencia, indemnizamos a los ganaderos afectados y construimos corrales protegidos, como los 50 que hemos instalado en India y que benefician muchas personas cuyo único sustento es el ganado.

Pero necesitamos hacer mucho más y el momento es crucial. Los últimos leopardos de las nieves nos necesitan y tu ayuda es vital.

Con tu apoyo, las familias y sus cachorros crecerán seguros, a salvo de los furtivos que podrían llevar al felino a la extinción. No lo podemos permitir.

 

¡Defiende al fantasma de las nieves!

 

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